La ruta sale del Parking (gratuito) que hay enfrente de la casa del Parque natural del río Lobos, sobre la misma carretera SO-920. El inicio de la ruta viene indicado como "Senda de las Gullurías".
La ruta está magníficamente detallada en la guía que edita la Junta de Castilla y León por lo que me limitaré a detallar gráficamente los tramos de la misma y el camino a seguir que describe la guía.
Empezamos caminando entre una antigua cantera restaurada hace poco y seguimos subiendo por el Barranco del Molino.
A mano izquierda hay una roca grande conocida como Monica que es un posadero utilizado habitualmente por los buitres.
Hay que seguir el barranco de la izquierda y pasaremos junto a una roca grande llena de agujeros producidos por la acción del agua y luego por un lugar estrecho rodeado de sabinas o enebros.
A nuestra espalda se puede contemplar el Castillo de Ucero, símbolo histórico de los señoríos medievales y eclesiásticos. Al final de la cuesta hay una calera.
Nos encontramos en una zona llana conocida como El esplegar. Aquí se recogía el espliego para, por destilación, obtener su esencia y usarla en la elaboración de perfumes.
Cruzamos tres vaguadas. Las dos primeras son los Vallejos Hondos y de Las Torcas. La última es el Barranco de las Tasugueras, en clara referencia a los tasugos, nombre local del tejón.
Estamos casi al final de la subida y después de juntarnos con el camino del Picachón llegaremos al collado o puerto. Desde la segunda calera descendemos suavemente. Estamos muy cerca del Cañón y si nos desviamos a la derecha llegamos al Mirador de la Gullurías. En el cartel que hay podemos recoger información sobre diversos aspectos de la formación del cañón.
Dejando atrás el mirador, nuestro camino continúa descendiendo hasta el fondo de un vallejo orientado al norte. Siguiendo por la margen izquierda del río Lobos, nos encontramos la Ermita de San Bartolomé, enclave histórico-artístico más importante del cañón.
En las cercanías de la ermita se encuentra el Comenar de los Frailes.
El río Lobos discurre encajonado entre grandes farallones calizos que se resisten a desaparecer por la dureza de esta roca. El cañón se formó por la acción disolvente del agua que horadó y desintegró el roquedo externa e internamente. Las cuevas son frecuentes en estos materiales, muy conocida por estos parajes es la de La Galiana, y sus hundimientos han contribuido a ensanchar el valle: restos de esta acción son las poquedades, viseras y bóvedas que vemos en sus márgenes coloreadas vivamente por efectos de la intemperie.
Nuestro recorrido llega al final. Una vez en el puente del Nacedero el punto de partida queda por carretera a menos de 2 km de distancia.
Alrededores de Soria y Burgos en un fin de semana
(clic en la imagen)
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