miércoles, 22 de marzo de 2023

Rincones que no te puedes perder de Fermoselle

Situado al suroeste de la provincia de Amoratadme, en pleno corazón del Parque Natural Arribes de Duero, Fermoselle, es una preciosa y pintoresca villa que enamora por las indudables cualidades arquitectónicas de su Casco Histórico y su cautivadora belleza paisajística.

Para saber más...                           

»Por Fermoselle discurre uno de los caminos jacobeos de Poniente, el Camino de Fermoselle.

»Se encuentra a 600 m. sobre el nivel del mar y el punto más bajo está a 327 m.

»Fermoselle es de origen celta con mezcla de Lusitanos, Romanos, Visigodos, Árabes...

»Considerado como centro de los Arribes, destacan sus estrechas y empinadas calles, además de las bodegas excavadas en rocas con arcos de medio punto.

»En él se disfruta de un microclima especial que favorece el cultivo de vid y olico, que destacan en su paisaje.

»El vino y el aceite de la villa tienen una excelente fama debido a su calidad.

»Los Arribes cuentan con una colonia muy importante de cigüeña negra.

»Fermoselle posee un Cristo articulado del siglo XVII y un órgano del XVIII.

»Desde el Castillo de Fermoselle, el obispo Acuña afianzó su rebeldía en la guerra de las comunidades contra el Emperador Carlos I.

»Durante la fiesta de San Agustín, debido a sus famosos encierros, su población habitual llega a cuadruplicarse.

Miradores de la Villa                                    

En Fermoselle hay varios miradores desde los que se obtienen las mejores vistas del Duero y de los Arribes.

Mirador del Torrejón o de El Torojón


Nos dirigimos por la calle Torrejón hasta unas pequeñas y estrechas escaleras  talladas en un saliente de la roca granítica que sustenta esta villa.  Al final de las mismas llegamos a una pequeña explanada donde un cartel forjado en hierro nos anuncia que estamos en el mirador más conocido y emblemático de Fermoselle. 


Desde aquí podemos abarcar de un solo plumazo el núcleo urbano y el paisaje de mayor valor del entorno natural que rodea al municipio.  Dentro del conjunto-histórico que se muestra ante nosotros destaca la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción junto a la torre del árelos del Ayuntamiento y el cerro donde se asientan los restos del Castillo de Doña Urraca. Al fondo, los Arribes y Portugal.

Mirador del Terraplén


Desde la Plaza Mayor, tomando la calle del Terraplén llegamos hasta el Mirador del Terraplén. Al estar orientado al oeste nos permite ver los típicos bancales  y la parte sur del casco urbano.

Mirador de Las Peñas


Por la calle Corral de Concejo accedemos al Morador de Las Peñas que nos ofrece una amplia panorámica de Fermoselle con la cuesta de El Seco, el Convento de San Francisco, el barrio de Las Eras, con los campos de cultivo y los paisajes de los Arribes del Tormes y el Duero al fondo.



Mirador del Castillo

Desde la Plaza Mayor, tomando la calle Antonio Regojo, también conocida como la Cuesta del Castillo, nos encontramos con un jardín en una explanada que aprovechando los restos que quedan del castillo nos permite ver distintos puntos del río Duero.

Mirador de Los Barrancos

Situado en el casco histórico de Fermoselle, nos ofrece una panorámica diferente de los Arribes y de su entorno más cercano. Desde aquí alcanzamos a ver la plaza de toros y el barrio de Santa Colomba.

Miradores en los alrededores                             

Mirador de Las Escaleras


De las inmediaciones de la Ermita de Santa Cruz parte el sendero que nos lleva entre almendros y olivos, pasando por las ruinas de una antigua casa de carabineros hasta este fabuloso mirador.

La ermita del Cristo del Pino o ermita de Santa Cruz se encuentra a las afueras de Fermoselle. Se trata de una construcción sencilla de la cual poco se puede decir salvo que es de claro estilo visigótico y mozárabe. Lo más destacado es la descripción gótica que hay sobre la puerta: "Por la señal de la Cruz líbranos de nuestros enemigos." En su interior se venera la imagen del santo Cristo del Pino.


Cuenta la leyenda que en la localidad de Fariza la campana de la primitiva iglesia que había en el lugar además de la imagen del Santo Cristo del Pino fueron arrojadas al río Duero por los invasores árabes. La imagen arrastrada por la corriente del río al llegar a la altura de Fermoselle es vista por un pastor que cuidaba de su rebaño. Enseguida se apresuró a avisar del hallazgo al sacerdote y a algunos vecinos. Tras ser recogida con sumo cuidado fue custodiada en la parroquia del pueblo hasta que fue levantada  en su honor la ermita que lleva su nombre

Callejeando por Fermoselle                       




Dejamos estacionado el vehículo a la entrada de Fermoselle subiendo por una empinada calle cerca de la Plaza de Toros. A cada paso unos palés decorados con llamativos colores nos dan la bienvenida, al tiempo que informan de la dirección en la que se encuentran las tiendas o bares de la zona.

Las rocas incrustadas

Enseguida nos sorprende la arquitectura del lugar condicionada en algunas partes por las peculiares características de un entorno donde abundan las rocas. Estas han sido integradas dentro de las construcciones pues resultaba más sencillo adaptarlas a los espacios que intentar perforar el duro granito y el gneis que aquí se conoce como pizarra


La mayoría de las casas dispone de bodega propia que han ido formando una red de galerías que recorren el subsuelo de prácticamente la totalidad de la población. A las viviendas se accede a través de puertas de madera de diferentes tamaño y formas y las fachadas apenas muestran elementos decorativos.

El Arco



En busca de la Plaza mayor, pasamos por el Arco, que en su día debió ser la entrada principal al municipio. A su izquierda, dos arcos de medio punto dan paso a una de las casas más viejas de la Villa posiblemente de la época medieval.

Calle de Abajo

Una vez traspasado el Arco, punto de unión entre varias calles, estas confluyen y se condensan en la conocida como Calle de Abajo que va a dar a la Plaza Mayor. 

Resulta muy interesante pasear por estas calles de claro trazado medieval. Y es que el interior de Fermoselle destaca por sus quebradas, estrechas y empinadas callejuelas que serpentean entre edificios que han logrado mantener el sabor popular con el paso del tiempo.

El ganchillo en Fermoselle

El color de los adornos de ganchillo realizado por las mujeres del pueblo durante el invierno inunda el lugar. 




Primero vistieron su inestimable cabina pública para salvarla de la extinción y decoraron uno de los bancos de la zona para después afanarse durante la estación más fría en sus labores de costura dando rienda suelta a su creatividad. Los aros tejidos con distintas figuras y formas geométricas dan vida  y color a la vez que dotan de un atractivo singular las calles del municipio sayagués.

Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción


Todavía nos queda por ver, antes de meternos de lleno en la Plaza Mayor, la joya del Románico del lugar, su iglesia parroquial cuyo origen se remonta al siglo XII aunque la torre data del siglo XVI. Esta constituida por cinco cuerpos, destaca por encima del caserío fermosellano.

Objeto de numerosas reconstrucciones ampliaciones a los largo de su historia, se pueden observar en ella distintos elementos propios de las diferentes épocas. 

Presenta dos portadas con arcos apuntados: la occidental y la meridional, de estilo transición románico-gótico. Tiene una nave con tres arcos góticos y un portal con nave de crucería.

Plaza Mayor


Ya en la Plaza Mayor, centro neurálgico y monumental del municipio, vemos el Ayuntamiento, y la oficina de turismo, además de algunos locales de restauración. 

Como suele ser habitual en la casi totalidad de las plazas mayores de los pueblos, este lugar constituye el centro social de la vida de Fermoselle. Parece ser que durante la celebración de las fiestas de San Agustín, en el mes de agosto, los edificios de su perímetro se convierten en los pilares de la plaza de toros donde terminan los encierros taurinos. Aquí se monta un escenario donde tienen lugar las diferentes actividades conmemorativas como verbenas, bailes tradicionales, concursos, degustaciones gastronómicas, etc.


Una vez concluidos los festejos, la plaza de toros que, desde hace más de cien años, se construye completamente en madera es desmontada y la plaza vuelve a lucir en su estado original.

Rincones de Fermoselle

Seguimos callejeando por esta bonita villa en busca de sus miradores y vamos descubriendo a cada paso rincones irresistibles.





Iglesia de Santa Colomba


En la zona alta de Fermoselle está la Iglesia de Santa Colomba, una construcción típica de estilo románico, con su base en forma de cruz latina y arcos de medio punto. Fue construida en el siglo XII y en ella recibe culto el Cristo del Humilladero, hoy conocido como Bendito Cristo y que fue trasladado aquí, en 1913,  definitivamente.

La talla constituye el tesoro artístico de mayor valor de la Villa y, aunque en épocas pasadas se procesionaba en momentos de extrema sequía para implorar a la lluvia, en la actualidad no sale de la iglesia.

Su campanario es una pequeña espadaña de donde cuelga la única campana que tiene el templo.

El convento de San Francisco 


Y terminamos nuestro recorrido por Fermoselle en este antiguo convento reconvertido en Centro de Interpretación "Casa del Parque Convento de San Francisco".


Como se encontraba cerrado poco podemos decir al respecto, tuvimos que conformarnos con leer la información de los carteles informativos que había en las proximidades.

Vídeo del paseo por Fermoselle           


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