jueves, 7 de abril de 2022

Rincones del Miradoiro de San Roque en Vivero

 Situado a 353 m de altitud, el mirador del monte de San Roque nos ofrece unas espectaculares vistas del entorno de la ría de Viveiro: la marisma del Landro, el núcleo urbano de Viveiro,  el  puerto pesquero de Celeiro y la playa de Covas.


Pero no es este el único atractivo del lugar, también por este paraje podremos disfrutar de:

Una amplia área recreativa

En esta área recreativa podremos descansar, comer, disfrutar el día... en su amplio merendero con barbacoas y mesas de piedra que además cuenta con una zona infantil.



El banco del Selfie de San Roque


Desde este bonito y cuidado banco uno se puede hacer los selfies con las vistas más increíbles de la ría.

La capilla de San Roque

En este alto, la capilla de San Roque vigila el mar y sirve de referencia a los marineros tal y como reza la tradicional canción Catro vellos mariñeiros: “Boga boga mariñeiro, imos para Viveiro, xa se ve San Roque”.



La capilla que fue fundada en el siglo XIV y restaurada en 1963, está dedicada al santo que según la creencia popular libró a Viveiro de la peste negra durante la Baja Edad Media. Y es que esta enfermedad azotó duramente esta zona en el s. XIV por lo que se tomó la decisión de blindar la Villa cerrando sus puertas a todos aquellos que pretendieran entrar en ella. Al librarse de contagios tras esta medida es cuando optan por venerar a los patronos de la ciudad, San Roque y Santo Tomás.

La cueva del Santo


Cerca de la capilla hay un pequeño sendero que, unos metros más abajo, nos lleva hasta la Cueva del Santo, un lugar sagrado que después de haber permanecido oculto bajo la maleza largo tiempo, fue recuperado por la Comunidad de Montes en 2018. La cueva, situada en la cavidad de una gran roca, esta coronada por una cruz y en su interior reposa una imagen en piedra del Santo y su perro, obra del escultor Abraham Corujo,  tras una verja de hierro.

Un hórreo

Este hórreo fue trasladado desde Fontecova en el año 1995 después de desmontarlo pieza a pieza y rehabilitarlo para situarlo en su nueva ubicación. 

Un cruceiro


Se cree que con toda probabilidad ha podido ser esculpido en piedra por los Carboeira, una prestigiosa dinastía de Canteros de la parroquia de Romana, en Vilalba. 


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