Cómo llegar
Al suroeste del casco urbano de Fariza, en el punto donde se cruzan la carretera ZA-L-2218 con el denominado camino de la Ermita, tomamos este último en dirección noroeste. Tras recorrer aproximadamente unos 2.5 kilómetros llegaremos a nuestro destino.
Ermita de la Virgen del Castillo
Con unas excepcionales vistas a los arribes del Duero, la privilegiada situación de la Ermita de la Virgen del Castillo sirvió de inspiración a Unamuno y forma parte del cancionero zamorano.
En el siglo XIV, coincidiendo con el reinado de Alfonso XI de León, comienzan las peregrinaciones a esta ermita. El desencadenante fue la aparición de la imagen de la Virgen que había sido escondida y enterrada para protegerla del peligro musulmán tras la incursión de estos en la zona. Junto a ella también se encuentra una segunda talla que guardaba una tablilla en piedra de color alabastro que representa la Virgen Chica.
Lo que hoy podemos contemplar del templo corresponde a los siglos XVII y XVIII, aunque con restauraciones posteriores. Tiene una estructura de planta rectangular, con un presbiterio cuadrado elevado sobre el resto y rematado con pinaculillos con boas en las esquinas.
El primer domingo del mes de junio se celebra la romería de los Viriatos o de Los Pendones donde los vecinos de las ocho localidades aledañas salen juntos portando las cruces y pendonetas hasta la Ermita.
Después vuelve la calma, y buitres y ovejas recuperan el dominio de estas tierras.
El sendero circular del Castillo
Este sendero de 100 metros de longitud es accesible para personas con discapacidad y, a lo largo del mismo dispone de paneles interpretativos, entre ellos cuatro con altorrelieves y textos en Braille.
En ellos se da información sobre la historia de este lugar, además de la flora y fauna de la zona. A continuación, tenemos el sendero que entre fincas de labor y afloramientos rocosos conduce hasta el impresionante mirador de las Barrancas.
Ruta hasta el Mirador de las Barracas
Desde la Ermita de la Virgen del Castillo, enmarcada entre dos gargantas profundas y rodeada de mampostería de piedra, almendros, olivos y encinas, parte un sendero que nos llevará hasta el Mirador de las Barrancas. Son 450 metros que se recorren descendiendo cómodamente con la freguesia de Freixosa, de Miranda do Douro enfrente.
Durante nuestro recorrido iremos acompañados de las plantas que encuentran en este clima suave el hábitat ideal para desarrollarse. Enebros, arces, cornicabras, olivillas, y otras especies decoran el paisaje.
En las laderas ribereñas podremos disfrutar de los bancales que los lugareños han levantado para cultivar en ellos olivos, almendros, viñas o naranjos.
Desde el mirador podemos contemplar la penillanura ondulada precipitándose al cañón del Duero. Se trata del espacio escogido por las grandes aves para instalar aquí sus nidos. No resultará difícil contemplar el vuelo de buitres leonados, alimoches, cigüeñas negras o águilas perdiceras.
Al fondo veremos las espectaculares formaciones geológicas en estos cimientos de la Península Ibérica descubiertos por la fuerza del agua.
El regreso se hace por el mismo camino.
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