En la zona oriental de Asturias, el Concejo de Piloña nos regala esta sencilla ruta que ofrece el mejor de los paisajes con el río Pequeño o de la Cueva como compañero de viaje. Un pequeño salto de agua rodeado por un entorno único en mitad de un bosque autóctono nos espera al final de un recorrido de tan solo 5 km de ida y vuelta por una sencilla pista.
Se trata de la ruta perfecta para realizar con niños debido a su corto trayecto y escasa dificultad además de contar con una amplia área recreativa dotada con columpios y mesas donde pararse a descansar o tomar un tentempié.
La ruta
Iniciamos la caminata junto a la Iglesia de San Pedro de Villamayor donde dejamos estacionado el vehículo en una pequeña plazoleta. Aquí mismo un cartel indica la dirección a seguir al área recreativa y, muy cerca, otro panel informa del Camino Natural de La Cordillera Cantábrica al cual se llega por nuestra derecha.
Avanzamos los primeros 600 metros por el tranquilo barrio de Carúa por la margen izquierda del río Pequeño y en sentido contrario a su curso.
Dejando atrás el asfalto, enseguida nos cruzamos con el sendero G.R. 109 Asturias Interior procedente de Mones. Avanzamos por el bosque de ribera que se muestra a nuestro paso hasta encontrarnos con el primer puente de madera que salva el río.
En este tramo la zona se encuentra algo resbaladiza debido al agua y barro que se han ido acumulando por las lluvias propias de la estación otoñal en la que estamos. Unos metros después está el segundo puente de madera.
Seguimos por esta tranquila pista y pronto vemos la Área Recreativa del Chorrón al amparo de un bosque autóctono. Aquí podemos ver un pequeño altar de piedra imitando una cueva en la que hay una imagen de la Santina.
Llama la atención una construcción de piedra que recibe el nombre de cuerría o corra. Aquí se almacenaban las castañas antaño ya que hubo una época en la que eran parte fundamental en la dieta de los asturianos antes de la aparición de la patata y el maíz.
Abandonando el área del Chorrón tropezamos con otro puente que en este caso no es de madera, sino de piedra. Unos 100 metros más adelante hay una bifurcación que indica la Cascada del Chorrón a la izquierda sin desviarnos del camino principal.
El sonido del agua nos anuncia la proximidad de la cascada que enseguida asomará entre los árboles. Son unos 15 metros de caída vertical en medio de robles, abedules y castaños.
Una vez aquí es el momento de decidir si prolongamos la ruta ascendiendo hasta el pueblo abandonado de La Cueva o regresamos sobre nuestros pasos al punto de partida. Son un total de 1.6 km de subida lo que supone llegar a él y, si aún nos quedan fuerzas, podemos hacer un recorrido circular caminando unos kilómetros más continuando por la Collada Doca, el Cerro del Tombu, Torín y, finalmente, Villamayor.
Nosotros decidimos volver a Villamayor y aprovechar para acercarnos hasta la iglesia románica de Santa María y pasear por el bonito barrio del Yalledal donde destaca la casa de Pastrana.
Track de la ruta
Vídeo de la ruta
Por si todo lo anterior no es suficiente para hacerte una idea, aquí te dejo un vídeo que resume el recorrido.
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