La Caldera del Cuervo es el primer volcán originado en Lanzarote durante la erupción de Timanfaya. Inició su actividad el 1 de septiembre de 1730 dando comienzo a la erupción volcánica más importante de la isla que cambiaría para siempre su paisaje.
Se trata de un claro ejemplo del tipo de volcanes que abundan en el Archipiélago: cráteres simples y relativamente pequeños que entran en erupción una única vez dando lugar a construcciones sencillas pero de formas espectaculares.
Las laderas del volcán
Las lavas de este pequeño volcán fluyeron hacia el norte y el noroeste de la isla, dejando a su paso una huella imborrable de negros basaltos, bajo los cuales quedaron sepultados caseríos.
Los materiales volcánicos emitidos desde la Caldera del Cuervo construyeron en torno a esta boca un volcán de forma asimétrica. Los materiales que forman parte de la estructura de este edificio volcánico son heterogéneos aunque destacan las acumulaciones de espater. Estos fragmentos de lava son proyectados al aire a partir de explosiones de baja intensidad, lo que favorece que se acumulen en torno al cráter. En muchas ocasiones se encuentran calientes en el momento de caer al suelo, por lo que pueden volver a soldarse e incluso dar lugar a pequeños flujos de lava.
La ruta
La ruta comienza en el aparcamiento existente en el punto kilométrico 4.5 de la carretera LZ-56 del municipio de Tinajo. Se trata de un camino cómodo y llano sobre un manto de cenizas volcánicas que colinda con un valle de malpaís.
Durante el recorrido podemos ver la presencia de líquenes, tabobos, tabaibas y verodes.
A lo largo del mismo, la geología de la zona es descrita en diferentes carteles informativos.
La vereda nos conducirá bordeando el volcán por su costado este hasta la entrada del cráter y donde el acceso al interior de la caldera es más cómodo.
El cráter de la Caldera del Cuervo
La Caldera del Cuervo presenta un único cráter situado en el sector central del edificio volcánico, durante su erupción albergó en el interior una charca de lava de importantes dimensiones. En las paredes internas del cráter algunas marcas indican los distintos niveles que llegó a alcanzar este lago temporal de lavas.
La ruptura de una de las laderas que cerraban el cráter dio lugar al desalojo repentino de la gran cantidad de lava que se derramó sobre la planicie arrastrando con ella el enorme bloque que cerraba el cráter.
Las paredes interiores de la Caldera del Cuervo se encuentran matizadas por acumulaciones de sedimentos que cubren parcialmente las rocas de estos muros que cierran el cráter. En ellas son visibles fracturas, a modo de pequeñas fallas, resultado del asentamiento de los materiales con los que se forma el volcán.
También son visibles en su interior grandes rocas desprendidas desde sus paredes contrastando con las formas llanas del fondo de esta boca eruptiva.
Nota.- La información ha sido sacada de la Sociedad Geológica de España.
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