jueves, 16 de febrero de 2023

Parque Mitológico de Mina Pepita

 ¿Sabías que existe un rincón mágico en Medio de Cuyedo?

En el mismo casco urbano de Solares podemos pasear por un Parque Mitológico que tiempo atrás fue una explotación minera de hierro. Se trata del Parque Mina Pepita que fue acondicionado por el Ayuntamiento de Medio Cudeyo aprovechando las magníficas formaciones geológicas y rica vegetación.

Podemos visitar el parque cualquier día de la semana de 10:00 a 20:00 horas.


Un poco de historia                                                       

En el barrio La Calleja, en 1887, la mina entró en funcionamiento coincidiendo con la construcción de la línea férrea de Santander - Solares, que fue punto de partida del denominado ferrocarril de Minas de Heras. Este transportaba el mineral hasta el lavadero y la estación de esta localidad.

¿Qué veremos en el parque?                                         

Entre las rocas y larguísimos árboles de Mina Pepita pueden salir a nuestro paso unos extraños personajes que se esconden y camuflan entre la vegetación de este lugar. No todos habitan en el parque, algunos han vienen atraídos por los espacios verdes y el agua fresca del manantial.

- El Musgoso

Nada más llegar nos recibe El Musgoso, un hombre muy trabajador y compasivo que se dedica a mantener las fuentes limpias, ayudar a los pastores avisándoles de los peligros de la Naturaleza tocando la flauta y, si lo necesitan, también repara sus chozas.

Sin embargo, a veces se enfurece y es enemigo de algunas criaturas que habitan los bosques cántabros como el Cuegle, ello Ramidreju, el Gallo, los Nuberos y los Ojáncanos. Tampoco le gustan los cazadores y aquellos que talan robles y encinas en vez de arbustos y maleza.

La Andana Deva le regaló el don de trasladarse a cualquier lugar con solo desearlo como agradecimiento al excelente trabajo que realiza.

- El Ojáncano

Dejamos atrás al Musgoso y avanzamos hasta que ante nosotros aparece el más perverso y monstruoso de cuantos seres extraordinarios habitan en las montañas, valles y bosques cántabros.

Aunque el Ojáncano solo abandona su  profunda y tétrica guarida por la noche, enseguida lo reconocemos porque tiene un único ojo y  una descomunal estatura y fiereza. Afortunadamente una Anjana se encuentra cerca para protegernos e impedir que haga de las suyas pues le gusta resquebrajar árboles, volcar carros, cegar las fuentes, derribar tapias y cercas y atravesar troncos en los caminos para impedir el paso.

Los Ojáncanos pueden morir de dos formas diferentes. Una de ellas es arrancándole el pelo blanco de su barba y, la otra de viejo. En este caso, los demás Ojáncanos le matan para abrirle el vientre y repartir lo que lleve dentro. Después, lo entierran junto a un roble.

- El Trenti

Tomamos la Senda de los Susurros hasta que entre la vegetación nos sorprende un leve tintineo. Es el Trenti que avanza sigiloso buscando panojas y endrinas para comer. Si dice que tiene ser no le des agua para beber pues es veneno para él por eso suele tomar leche.


Le gusta gastar bromas y disfruta tomando el pelo a la gente que se encuentra por los caminos pero también es bonachón. No descuida a los ancianos que no pueden valerse por sí mismos.

Si durante tu paseo pierdes algo pregúntale a él, te ayudará a encontrarlo como hace con los pastores que extravían su ganado tras las tormentas o alguna fechoría del Ojáncano.

En verano duerme entre la maleza fresca al pie de los árboles y en invierno se refugia en hondonadas. 

- La Anjana

Encontrarte con una Anjana no dependerá de ti ya que son ellas la que deciden ante quien mostrarse. Se trata de almas muy bondadosas que premian a las personas de buen corazón pero en cambio castigan con mano dura a quienes alteran la paz del bosque o atentan contra un ser vivo.

Para sanar a las criaturas de los bosques y curar a los enfermos preparan un brebaje antiquísimo y milagroso en sus grutas. Estas dicen que se encuentran revestidas en plata y sus suelos son de oro.

Las Anjanas hablan el idioma de la naturaleza de ahí que puedan comunicarse con todos los seres que la habitan.

- Los Caballucos del diablo

Siete son los Caballucos del Diablo que impulsados por las almas de siete hombres malvados, cabalgan en la noche de San Juan con la única finalidad de hacer todo el mal posible.


Cada uno de ellos es de un color del arco iris y el mismo Diablo dirige al más corpulento y grande de todos ellos de intensa tonalidad roja. Sus ojos relumbran como chispas, su nariz resopla con la fuerza de un huracán y de la boca salen inmensas llamaradas dejando un irrespirable aroma a azufre en el aire.

- El Muro de los Deseos

Antes de emprender el regreso no dejes de pedir tu deseo ante el Muro de los Deseos, quizás la magia del lugar te ayude a conseguirlo.



Track de la ruta                                                             

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Vídeo de la ruta                                                            

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