viernes, 7 de abril de 2023

Guía para visitar la Alcazaba de Almería

 Sobre el cerro más alto de la ciudad se alza imponente y majestuoso uno de los conjuntos monumentales y arqueológicos andalusíes más importantes de la península ibérica.

Mandada construir por Abderramán III en el año 955 sobre los restos de una fortaleza anterior, fue terminada por Hayrán, rey taifa de Almería, en el siglo XI.

Mapa del recorrido                                                                                   

Itinerario                                                                                                   

La alcazaba se divide en la actualidad en tres recintos. Los dos primeros son de origen islámico y el tercero es un castillo construido por los Reyes Católicos tras la conquista de Almería en 1489.


Accedemos a la Alcazaba por una puerta abierta en la torre de la Guardia que conduce hasta la puerta de la Justicia.

La torre Redondeada y la torre de los Espejos vigilan y defienden la puerta de la Justicia que tiene una entrada en recodo. Se trata de algo habitual en este tipo de fortalezas que buscaban dificultar y tener siempre controlada la entrada de posibles enemigos.

Primer recinto

Llegamos a una zona ajardinada donde antaño se concentraba todo un entramado de casas y calles provisto de todos los elementos necesarios para el desarrollo y quehacer diario de sus pobladores. 


Un buen ejemplo de ello es el complejo hidráulico compuesto por un pozo de noria, piletas de decantación, un aljibe y una fuente. A mediados del siglo XX tratando de emular a la Alhambra y los jardines del Generalife, se transformó este lugar en un espacio ajardinado con fuentes, albercas y acequias escalonadas.


Seguimos nuestro recorrido por el lienzo meridional de la muralla que nos lleva hasta la torre del Saliente desde donde podemos contemplar la ciudad y la bahía.


Desde la muralla Norte, el tramo mejor conservado, podemos observar el lienzo de la muralla de Jayrán que recorre el barranco de la Hoya y sube por el cerro de San Cristóbal. Es una obra del siglo XI destinada a proteger el nuevo arrabal surgido tras el crecimiento económico de la ciudad.

Segundo recinto

Accedemos a este recinto que separa el muro de la Vela a través de la torre Norte y la torre Sur. El baluarte de la Campana es una obra de época cristiana para adaptar las murallas islámicas a los cambios en las fortificaciones por el uso de la artillería.

Una vez traspasado el muro de la Vela encontramos el aljibe califal, una de las construcciones más antiguas de la fortaleza.


Adosada al aljibe vemos la ermita de San Juan, construída por los Reyes Católicos tras la conquista cristiana con la finalidad de que la guarnición destinada en la alcazaba tuviera un lugar para el culto. En un principio, el encargado de ofrecer el oficio religioso era el capellán, pero posteriormente lo hicieron los religiosos del convento de San Francisco.

Se trata de una pequeña construcción de estilo mudéjar, edificada a base de ladrillos con planta rectangular. En la actualidad es una sala de usos múltiples en la que se realizan conferencias, cursos y actividades didácticas.

Tras la ermita se encuentra un espacio de alberca y jardines, y al fondo la que se conoce como casa del Alcaide.

Enfrente, hallamos las casas árabes que han sido reconstruidas sobre los restos de estructuras islámicas tras haber recuperado parte del pavimento y zócalos originales. En torno a un patio interior que aportaría el frescor y la iluminación necesaria, se distribuyen las dependencias de la vivienda. Junto a las casas vemos los restos arqueológicos de una zona de viviendas correspondientes a la época nazarí.

El palacio

A mediados del s XI, el monarca taifa al-Mutasim se construyó un lujoso palacio en lo que hasta entonces había sido la residencia de los gobernadores califales y del primer monarca de la taifa independiente, Jairan. El conjunto conserva los restos arqueológicos más completos de un palacio taifa.


Se estructura en torno a un jardín central sobre el que se circulaba a través de unos andenes por encima del terreno cultivado.

En el palacio se diferencia un área pública donde el rey ejercía sus funciones de gobierno; un área privada en la que residía con su familia, y un área de servicios separada por un grueso muro con torres en los extremos por donde se realizaba el ingreso.

Dentro del palacio destaca el baño privado, elemento fundamental en la vida de los musulmanes al cumplir una triple misión: higiénica, ritual y social.

En el extremo norte está la torre de la Odalisca, una de las edificaciones más significativas de la época andalusí que fue construida en la segunda mitad del siglo XII. De esta construcción únicamente se conserva una torre y un lienzo.

Tercer recinto

En el año 1489, Almería es conquistada por los Reyes Católicos y sobre la estructura anterior que se encontraba en bastante mal estado tras un fuerte terremoto acaecido en 1487, construyen un nuevo castillo. Para adaptarlo a la topografía del terreno, es de planta triangular y tenía como objetivo atajar los problemas defensivos, responder a las nuevas exigencias militares surgidas tras el desarrollo de la artillería y crear una imagen emblemática y representativa del nuevo poder instaurado.

El centro funcional del castillo es la Plaza de Armas, de forma triangular y de cuyo patio interior destaca el estrado, situado delante de la Torre de la Pólvora, el elemento defensivo de mayores dimensiones de todo el recinto.

En el ángulo noreste podemos ver la Torre del Homenaje concebida inicialmente como residencia del alcaide aunque apenas desempeñó esta función ya que la finalidad básica de esta construcción era la de intimidar, amedrentar y defender.

También en este recinto, entre la Torre del Espolón y la Torre de Homenaje, se encuentra la Torre de la Noria, con 27 metros de altura. Como consecuencia de varios terremotos la torre sufrió algunos desperfectos que aún hoy podemos observar. Esta torre estaba destinada al abastecimiento de agua del complejo que se bombeaba desde el suelo a través de una noria de tracción animal.

Y por último, nos dirigimos al extremo oeste donde destaca la Torre de la Pólvora, el elemento defensivo de mayores dimensiones del lugar. En sus inicios era conocida como Torre del Espolón y su función era la de defender uno de los puntos más vulnerables de la fortaleza,

ya que no había foso en esta zona. En su interior podemos ver cuatro piezas de artillería de hierro fundido originales que datan del siglo XVIII.

Y ya toca salir por la misma puerta por la que accedimos al recinto.





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